El gobernador Juan Schiaretti encabezará esta tarde el acto de cierre de Hacemos por Córdoba que lo tendrá, tal como fue a lo largo de toda la campaña, como figura central.

El peronismo y sus aliados esperan movilizar unos 1300 dirigentes de Capital y otros 500 del interior hacia un hotel de la ciudad de Córdoba donde tendrá lugar de manera presencial el encuentro en el que estará, lógicamente, la lista completa de candidatos.

Será el punto final de una particular campaña legislativa que el oficialismo provincial jugó como si fueran las provinciales, adelantando los tiempos de la pulseada para el 2023.

Schiaretti asumió, sin pausas, una agenda de actividades en clave electoral que lo tuvo recorriendo hasta hoy cada rincón de Córdoba. De hecho, la semana posterior a las PASO inició una gira de visitas y actos políticos en las principales ciudades, pero también en pequeñas localidades del interior.

Quienes trabajaron en la estrategia política de Hacemos por Córdoba interpretaron que sólo la figura del gobernador podría persuadir al electorado necesario para crecer la noche del 14 de noviembre. Él fue el principal apuntalador de “ellas”, Alejandra Vigo y Natalia de la Sota.

El peronismo provincial no sólo se propuso rascar lo que se pueda de la porción peronista que se llevó el Frente de Todos sino, fundamentalmente, rasparle votos a Juntos por el Cambio con el que, históricamente, comparten electorado.

De allí la radicalización en el discurso anti K de Schiaretti y su posicionamiento nacional ahora como ferviente opositor al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

“El próximo domingo va a haber elecciones, y acá hay tres fuerzas. Dos fuerzas que representan la grieta: el kirchnerismo del Frente de Todos y Cambiemos. Los dos fracasaron económicamente y están de acuerdo en meter la mano en el interior profundo. No voten a quienes fracasaron, voten a quienes levantamos las banderas federales en serio, por aquellos que defendemos Córdoba de los porteños”, pidió el gobernador desde Villa María esta semana.

Con la foto de las PASO, inicialmente el oficialismo cordobés se había trazado como objetivo llegar a los 30 puntos en las generales; un número que se fue desinflando y que hoy admiten como improbable.

Crecer cinco puntos frente a un corpulento Juntos por el Cambio que va por su sexta banca (y hasta séptima, dicen algunos), suena a misión imposible para Hacemos por Córdoba que ahora busca marcar, con bastante más prudencia, un 27 por ciento por lo menos el domingo.

Lo cierto es que hoy Schiaretti jugará la última ficha posible para intentar garantizar esa tercera banca en Diputados que le correspondería a la riocuartense Claudia Márquez. En un Congreso sin mayorías absolutas y en donde las negociaciones entre las bancadas serán una carta recurrente, seguir contando con cuatro representantes propios suena bien para el schiarettismo.

Hoy, frente a un auditorio repleto Schiaretti hará su última arenga. Agradecerá el trabajo de la militancia y la dirigencia y les pedirá un último esfuerzo el domingo para intentar cumplir con el objetivo propio, e intentar evitar ampliar aún más la brecha con la coalición opositora.

En el despacho principal del Centro Cívico no preocupa tanto la victoria de Juntos por el Cambio por la cantidad de legisladores que logre obtener sino por la magnitud de un triunfo que catapultará dos liderazgos fuertes para la pelea local que se abrirá en dos años: el de Luis Juez y Rodrigo de Loredo. En Hacemos por Córdoba miran con preocupación esa dupla y ya admiten que será muy difícil ganarle la Provincia al referente del Frente Cívico si resulta el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio.

Aunque nadie lo admita públicamente por ahora todos juegan esta parada intermedia mirando el 2023. Eso quedará blanqueado el mismo lunes 15 cuando en cada fuerza política se largue la carrera interna de posicionamientos.

Publicado en Diario Alfl

Redacción Electoral