El inminente arranque del período de sesiones extraordinarias del Congreso será un examen para el Frente de Todos (FdT). Se extenderá durante febrero, mientras se desarrolle el tramo más crítico de la renegociación con el FMI por la deuda contraída durante el gobierno de Cambimos. Sin embargo, en el interbloque de Juntos por el Cambio (JxC) también tendrán sus desafíos: los ocho bloques que lo integran deberán poner a prueba su convivencia bajo nuevos liderazgos. Será después de un cierre del año que dejó muchas esquirlas, porque las diferencias internas del espacio no quedaron más expuestas gracias a la extrema polarización que mantuvieron con el oficialismo durante el fallido tratamiento del Presupuesto 2022.

La señal más reciente de esas dificultades surgieron cuando el bloque PRO, que conduce Cristian Ritondo, anunció la absorción de tres monobloques de JxC al armado amarillo, que se llamará bloque “Frente PRO”. Seguirá conducido por el exministro de Seguridad bonaerense, pero estará secundado por dos representantes de los dos sectores hegemónicos que conviven adentro. Ritondo estarán secundado por su compañero de bancada Álvaro González. Ambos responden al alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, pero no estarán solos: la mesa se completará con Gerardo Millman, mano derecha de la jefa del PRO, Patricia Bullrich.

Hasta su ampliación, el bloque macrista contaba con 50 voluntades y la nueva identidad habilitó la accidentada incorporación de tres satélites de JxC: el sanjuanino Marcelo Orrego, del monobloque Producción y Trabajo; el puntano Claudio Poggi, de Avanzar San Luis, y el exministro de la Alianza, Ricardo López Murphy, cuya bancada pertenece a Republicanos Unidos. En los papeles las incorporaciones aumentaron a 53 el total de votos propios. Pero el incremento duró hasta que el bulldog se encargó de desarticular el anuncio. La imagen había sido cuidadosamente construida en algunos medios. Era la previa del nombramiento de Ritondo como nuevo jefe del interbloque, un cargo que fue ocupado hasta fin de año por el radical Mario Negri.

La desmentida corrió por cuenta del partido que conduce López Murphy. “Es nuestro representante en el Congreso y continúa integrando el bloque “Republicanos Unidos”, dentro del interbloque de “Juntos Por el Cambio”, atajó el comunicado. Y recordó: “Nuestro partido participó de la interna de JxC en la Ciudad, como resultado nos incorporamos a la lista de candidaturas del espacio, pero siempre con libertad de narrativa y opinión. Esto es respecto de los distintos partidos que componen el frente, y sosteniendo las críticas realizadas en su momento a la anterior gestión, ya que consideramos importante evitar cometer los mismos errores”, sostuvo el texto en una directa referencia al gobierno de Mauricio Macri y al “abuso de la lapicera” que le endilgan cuando condujo la coalición desde la Casa Rosada.

Ante las consultas de este medio, en el despacho de Ritondo no hicieron comentarios sobre la decisión del bulldog. Respecto a Orrego y Poggi apuntaron que ambos “se sienten reflejados con las políticas de PRO”. Recordaron que el sanjuanino lleva dos años dentro de JxC. Según confiaron en otros rincones del bloque, la negociación fue más allá de las coincidencias. Los dos flamantes integrantes del bloque macrista podrán presidir comisiones que ansiaban conducir, una posibilidad que estaba vedada desde un monobloque.

El mismo beneficio le podría haber llegado a López Murphy, pero su pronunciamiento lo dejó afuera de esa chance. Dicen que está condicionado por los puntos irresueltos del pacto con Rodríguez Larreta que firmó el año pasado para integrarse al armado capitalino. Una de las críticas apunta a la ausencia del bulldog en la Mesa Nacional de JxC, cuando lidera un partido. Quienes fueron testigos de su inclusión dicen que “tiene una estructura mucho más amplia que el sello que tiene Miguel Pichetto”. Se refiere a Peronismo Republicano, la fuerza que le garantiza al exsenador un sillón intocable en la conducción nacional de la alianza desde que acompañó a Mauricio Macri en las presidenciales de 2019. “Es el peronista que están dispuestos a aceptar y por eso está ahí”, graficó otro socio de la bancada.

El freno de López Murphy a su incorporación al Frente PRO no detuvo la marcha de Ritondo. En el radicalismo y en la Coalición Cívica dan por hecho que el diputado macrista será el próximo jefe del interbloque para este año, pero en su despacho no le ponen fecha. “Hay que respetar los tiempos de la política y fortalecer la armonía en los procedimientos institucionales. Seguimos votando los 116 legisladores juntos y hacia adentro estamos bien, tenemos altura, sabemos lo que nos pide la gente, lo que es sostener la unidad”, detallaron, en un giro para minimizar la atomización del espacio, que no baja de los ocho bloques.

No es la posición que tienen en distintos rincones del conglomerado que estará en manos de Ritondo. Otros socios del espacio cuentan que todavía están muy abiertas las heridas de diciembre. Especialmente las que quedaron después de la maratónica sesión que concluyó con el naufragio del Presupuesto 2022. Los consultados por Letra P contrastan el momento actual del espacio con el más duro que vivieron en la mañana del 17 de diciembre. El Presupuesto no reunía los votos y todo el interbloque se reunió en el salón Delia Parodi para consensuar una posición común. Estaban quienes tenía una posición más dura, que se negaban a aceptar un pase a comisión del texto para continuar las negociaciones, y aquellos que se mostraron dispuestos a hacerlo para no dejar al Gobierno sin presupuesto.

“Éramos una asamblea universitaria con 116 voces discutiendo qué hacer, sin liderazgo y con muchas desconfianzas internas. Si no hubiera sido porque (el titular del bloque del FdT Máximo) Kirchner decidió cortar con las negociaciones y acusarnos, la noticia de ese día habría sido que JxC votó en forma dividida el presupuesto”, confió molesto uno de los testigos de esa reunión. Esa acontecimiento revela la fragilidad interna del interbloque luego de las elecciones. La escena empeoró en la semana siguiente cuando avanzaron con el tratamiento de cambios al impuesto de Bienes Personales. El oficialismo impuso su proyecto porque en JxC no contaron bien los votos y bajaron al recinto sin las voluntades suficientes.

Los cruces terminaron de limar el liderazgo menguante de Negri, que venía de afrontar la fractura de su bloque. También anticiparon que Ritondo no tendrá un camino de rosas por delante. En esa votación la Coalición Cívica se iba a abstener, porque no acordaba con dejar al Gobierno sin presupuesto. Cambiaron de posición apenas se enteraron de una negociación entre Ritondo y el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, para que JxC se opusiera pero luego de darles cuórum.

La abstención del espacio de Carrió posibilitaba la operación, hasta que se enteraron de la movida. “La negociación era que diéramos cuórum y votáramos en contra, pero la CC no quiso ser funcional a eso y también se opusieron”, recordó otro protagonista del encuentro. De las ruidosas discusiones que retumbaron en el Delia Parodi uno de los dirigentes del espacio advirtió que si hubiera estado presente la exdiputada Elisa Carrió, Ritondo habría sufrido la lluvia ácida de sus críticas en pleno recinto. Lilita no habría dudado en acusarlo de complicidad con Massa.

En el bloque Frente PRO esas imágenes parecen parte del pasado, aunque sucedieron hace un mes. “Lógicamente que las elecciones del 14 de noviembre han dado un posicionamiento y han ingresado hombres y mujeres de mucho peso, pero nos vamos acomodando bien”, explicaron en el bloque. “Es evidente que tenemos diferencias, somos distintos partidos, pero a la hora de salir a la cancha para defender los valores y los compromisos de JxC, estamos todos unidos”, sentenciaron para exhibir una cohesión que, en la intimidad, pende de un hilo y se fortalece con los errores no forzados del oficialismo.

Publicado en Letra P

Redacción Electoral