A la par de la campaña para remontar el resultado electoral de las PASO, el Frente de Todos también trabaja internamente con la instrucción de sus fiscales para el día de la elección y para lo que será el recuento definitivo de votos, una vez consumado el acto del 14 de noviembre. El plan es asegurar un fiscal en cada una de las mesas y tener precisión en los certificados de escrutinios, que será el documento que luego de la elección se usará para controlar el resultado final y puede tener impacto directo en la composición de los concejos deliberantes.

Quién está en el comando central de la fiscalización del espacio oficialista en la provincia de Buenos Aires es la ex ministra de Gobierno bonaerense y actual candidata a senadora provincial por la Primera sección electoral del Frente de Todos, Teresa García. Desde hace algunas semanas la dirigente viene recorriendo la provincia y reuniéndose con apoderados de lista, fiscales generales y fiscales de escuelas por el oficialismo. Cuidar la boleta y “no errar” en el certificado de escrutinio es la premisa que viene bajando.

Logísticamente, la alianza de gobierno espera replicar el despliegue de fiscales que tuvo en la elección primaria donde prácticamente hubo un fiscal por mesa electoral. Entre nativos y extranjeros hubo 38.686 mesas disponibles para la votación durante las Primarias.

“El certificado de escrutinio es lo que hay que tener muy finito, eso es lo que nos va permitir después discutir en la junta electoral el resultado final”, explicó García a Infobae. Si bien, el resultado de dos o tres escuelas no impacta de forma terminante en el escrutinio definitivo para un lugar en la Cámara de Diputados, sí puede mover la ecuación hacia la composición del concejo deliberante. Allí, también toman parte activa los intendentes.

Aunque no hubo muchas instancias de internas dentro del Frente de Todos en lo que fueron las PASO del mes de septiembre -salvo en la categoría a concejales y en los municipios donde no gobernaba el peronismo- esta vez el cuidado de boleta en el cuarto oscuro a priori sería más sencillo.

Hay municipios que, producto del resultado electoral de las PASO y por el volumen electoral que tiene, se presentan más complejos para la fiscalización. Uno de ellos es Quilmes. En el distrito que gobierna la camporista Mayra Mendoza, el oficialismo perdió las PASO. Pero más allá del resultado, la particularidad de ese distrito es que tuvo 1.414 mesas de votación. Esta semana, la jefa de la fiscalización bonaerense encabezó un encuentro con fiscales generales de ese municipio. Antes, había hecho lo propio con apoderados del FdT en la Segunda, Quinta, Sexta y Séptima sección electoral. Es decir, el interior bonaerense. Al inicio del mes lo hizo con dirigentes de la Primera sección electoral.

Militantes del Frente de Todos de Quilmes, junto a la intendenta Mayra Mendoza

Así como una de las estrategias del FdT para las elecciones generales está enfocada en el conurbano y consta en recuperar votos en la Primera sección electoral y aumentar la ventaja en la Tercera, también tiene su correlato en lo que será la fiscalización.

Con los protocolos por la pandemia y el aumento de mesas, que también implicó contar con más fiscales que en otras elecciones, la Primera sección tuvo 13.463 mesas a controlar desplegadas por el conurbano norte y oeste. Mientras que en la Tercera -conurbano sur- hubo 13.541 mesas.

Además de la fiscalización en la escuela y luego en el recuento de votos, también hay todo un operativo paralelo el mismo día de la elecciónUna logística intensa de la que el peronismo venía haciendo gala, pero que en las PASO reconocen en el oficialismo no estuvo presente como en otras elecciones.

Entre dirigentes y militantes el testimonio se repetía sobre todo luego del resultado de la Primaria donde Juntos con la interna entre Diego Santilli Facundo Manes terminó cuatro puntos arriba de la lista que encabezó Victoria Tolosa Paz.

La candidata Victoria Tolosa Paz junto al gobernador, Axel Kicillof

No movimos gente. Ellos en los distritos que gobiernan pusieron autos para llevar y traer gente a votar. Nosotros solo teníamos movilidad para llevar fiscales de una escuela a otra y nada más. Algo que nunca pasó”, asegura ante la consulta de este medio un armador de la Primera sección electoral con base en un distrito del oeste del conurbano y aclara que para las elecciones generales el tema logístico no estará ausente.

El mismo dirigente admite que, una vez obtenido el escrutinio definitivo se logró hacer un estudio bien focalizado y comparativo de escuelas y circuitos electorales donde se perdieron votos en relación a la elección 2019 y 2017. “Una vez que detectamos eso, pudimos enfocar las zonas y barrios donde salir a buscar votantes”, desliza.

Espejado con el peso electoral, La Matanza es el municipio donde habrá mayor presencia de fiscales. De mínima habrá un fiscal por mesa. Durante las PASO en el distrito que gobierna Fernando Espinoza hubo 3.172 urnas repartidas en 454 establecimientos para votar.

La complejidad del conurbano también se refleja en la fiscalización. Otro municipio donde habrá especial atención el operativo para fiscales será San Isidro, con 819 mesas. Sobre todo porque ese distrito es desde hace años gobernado por Gustavo Posse, intendente opositor que tiene un trabajo aceitado en cuestiones electorales.

Publicado en Infobae

Redacción Electoral