
El 18 de Junio de 1972 se publica una noticia donde cuentan como detuvieron a cinco personas en el Hotel Watergate, siendo uno de los detenidos James McCord, un ex-agente de la CIA que tenia muchos contactos con el gobierno de ese momento. Como consecuencia de esto, el jefe de campaña del presidente Richard Nixon, John Mitchell dimitió. A pesar de esto, Nixon volvió a ser reelegido (por amplia mayoría) y todo parecía seguir normal, pero tras estar preso tres meses, McCord escribió una carta donde revelaba que había cometido perjurio, aludiendo que fue presionado a declararse culpable para encubrir a altos funcionarios del poder. A raíz de todo esto, el senado de USA creo una comisión de investigación sobre el caso Watergate. Los primeros resultados hicieron dimitir a altos funcionarios cercanos a Nixon, intentando salvar al presidente, pero la investigación continuo. Tras conocerse grabaciones ilegales hechas por el presidente y su negación a ser entregadas a la justicia, previo a ser enjuiciado, Nixon presento su renuncia, pasando a la historia como el primer presidente norteamericano en no completar su mandato.
Desde entonces, el nombre de aquel Hotel donde todo inicio, es inmediatamente asociado a cualquier escandalo que sea de índole política o de interés popular, como el vacunatorio ”Gate” o el Olivos “Gate”, recientemente.
Como es de público conocimiento, tras un día de silencio, el jefe de gabinete salió a declarar que “se cometió un error, no debería haber pasado, estuvo mal” y por su parte, el presidente declaro durante un acto en Olavarria que “Mi querida Fabiola convocó a un brindis que no debió haberse hecho”.

Errores los tiene cualquiera, yo mismo me he equivocado cientos de veces en diferentes momentos de mi vida, y calculo que lo seguiré haciendo lo que resta de mi vida, pero si algo trate de mejorar con cada uno de los errores, es que intente no repetirlos. Y creo que por ahí viene una de las cuestiones, porque cada error no viene solo, trae consecuencias que varían depende el contexto. En este sentido, si yo me equivoco los que sufren son las personas que yo lastime y nadie más, pero cuando el error lo comete el presidente, el error lo pagamos todos. Esa es la diferencia… gran diferencia. Y no es para poco, porque un error como el vacunatorio VIP trajo como consecuencia la renuncia del ministro Ginés González por pedido, no porque él la haya presentado (acuérdense de ese detalle). En este caso aún no sabemos en que va a derivar. Lo que si sabemos es que el oficialismo lo minimizo y la supuesta oposición, tras el fuerte repudio se embauco en un juicio político del cual sabemos, que por mayoría en el congreso, no seria posible. Pero a pesar de esto, estoy de acuerdo que lo hagan, peor seria que no lo hagan, porque si tuvieron un error cuando estuvieron al poder, fue ese, el de ser “tibios” contra estos criminales.
No es casual que esta foto haya aparecido a escasas semanas de las PASO, siendo de un hecho ocurrido hace como un año. La pelea por el poder es hipócrita y esto no es culpa de los políticos, sino de nosotros mismos… o al menos, de los que votan a este tipo de políticos. ¿Por qué? Porque ante cada actitud inmoral o criminal de los políticos, en su mayoría no han tenido consecuencias. Y si bien es también culpa de los actores de la justicia que podrían actuar de “oficio” y no lo hacen, la gente es también culpable por darles un voto cómplice, ya sea porque los “compraron”, por convicción o por ignorancia misma. ¿Y cual es el denominador común entre los tres tipos de votante? Las consecuencias.
Las consecuencias de tener malos políticos, o criminales al poder, son las que vivimos hoy en día: un país devastado, sin justicia y garantías, destrozado económicamente, demacrado sanitariamente y con un sistema de educación lamentable. Pero eso es para otro análisis. Volvamos a las consecuencias de “haber hecho un brindis” en plena cuarentena. Para el oficialismo, fiel a sus metodologías populistas, la “vieja confiable” (como dirían algunos) es la de siempre: “Aaaah, pero Macri” hizo esto o aquello, como si el mal accionar de otra persona, justificaría los actos de uno. Siguiendo este raciocinio, Maru botana debería presentarse ante la justicia y simplemente decir: ¡Ah, pero Macri se reunió! O mejor dicho: y el Presidente se reunió. Y debería ser absuelta, ¿No, señor Jefe de Gabinete? En definitiva, para el oficialismo el problema, o las consecuencias mejor dicho, son para el que difundió la foto (y que todavía no saben quien es), no para el presidente. Porque ¿Cómo puede ser que se les haya pasado? Así lo dijo, por ejemplo, el vocero de la vicepresidente Parrilli, quien hizo hincapié en este problema: “Hay que hacer un llamado de atención a los que están al lado del Presidente para no cometer estos errores”. Claramente, una vez más, fiel al Kirchnerismo, “ellos” no son culpables.
Pero cualquiera que lea esto dirá: ¡Esto es mas que obvio! Se cuidan las espaldas entre ellos y quien en su sano juicio va a echar culpas. Lo hicieron los funcionarios de Nixon, ¿No lo harían los funcionarios K? Por supuesto que sí, es parte de las convicciones que uno creería tener si pertenece a un ideal político. Pero entonces ¿Por qué Alberto le echo la culpa a su mujer? ¿Era necesario? Una vez más: ellos no tienen consecuencias. Pero vos me dirás: esta bien, pero la gente no perdona. Bueno, en las redes todos tenemos a un “amigo” o contacto K que viene publicando o compartiendo excusas como: Bueno, ¿Quién no rompió la cuarentena? Y la ya gastada, vieja y confiable “Aaah, pero Macri”. Sí, son esos votantes que pertenecen al grupo de “por convicción”.
Son esos votantes que, juntos a otros “decepcionados” e ignorantes, votaron a criminales para que estén al poder, pensando que nada iba a pasar, o que Macri iba a estar llorando como bebé porque perdía una elección (antes que piensen que defiendo a un político, les aclaro que Macri es un nefasto igual o peor que Alberto, pero también es para otro análisis). Ojo, también pueden ser votantes que creyeron libremente que Alberto podía con Cristina, ¿Por qué no? No todos nacemos sabiendo, yo justamente soy uno de esos, pero como mencione, trato de no repetir mis errores. Pero más allá de mi, este tipo de votante siguen perteneciendo al sector de votante ignorante, porque ignoran muchas cosas del pasado, como las peleas entre Alberto y Cristina, o las peleas entre Massa y Cristina, o las peleas entre Kicillof y Massa, o las peleas entre Alberto y Kicillof… en fin, creo que se entendió. Y si vos te peleas con un amigo, o con el carnicero de la esquina, ¿Le volves a comprar carne? Yo creo que no. Entonces, ¿Por qué le dan su voto? Y la respuesta para mi es porque “ellos no tienen consecuencias”. Y la gente lo sabe y lo tiene asimilado. Y lo asimila como algo “normal”, y normalizar lo que esta mal, esta mal (justamente). Ahora decime: ¿Quién tiene más consecuencias por tener políticos malos, vos o ellos?
Y ojo, las consecuencias no son solo económicas, porque el dinero no es todo, y hay perdidas que no se cuentan con monedas, se cuentan con falta de trabajo, falta de educación o falta de proyección en tu vida.
El “OlivosGate”, va a traer consecuencias como dije, aún no sabemos cuales. Puede que sean políticas, legales o inmorales, pero son estas últimas las que deben pesar en el sentido común de la gente, porque en un país que declaran inocente a la cabeza del INADI por “negrear” a su empleada (y ofrecer puestos en el estado como si fueran caramelos) y no pasa nada, poco podemos esperar de la justicia. Porque al final, desde que “volvieron”, el único que pago una consecuencia fue Ginés, que estoy seguro que lo querían echar y no sabían como, porque si no, ¿Por qué lo hicieron renunciar y no renuncio él? Hasta Nixon se rindió a la presión y presento su renuncia, pero Ginés no. Hasta se decía “off the record”, que habría amenazado diciendo que si habría la boca, se caía el gobierno. Finalmente, una vez más, de esos dichos no hubo más consecuencias pero nosotros, ¿Cuántos “Gate´s” más tenemos que aguantar, para que digamos BASTA?
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